domingo, 26 de abril de 2009

El dolor que se calla

"El dolor que se calla es mas doloroso."
Jean Racine

Hoy en la mañana tuve que salir en búsqueda de un gásfiter para que le haga mantención a la estufa de la casa, las temperaturas de este frío otoño ameritan comenzar a encenderla.

Salí de casa con un papelito donde mi madre me había dado las "clarísimas instrucciones" para dar con la casa del mentado gásfiter, 2 cuadras por aquí, doblas a la izquierda, cruzas la calle, te vas por el pasaje X, y a la derecha, y una cuadrita mas y etc, etc, etc.
Ciertamente más me hubiera valido que me diera las coordenadas de la casa del gásfiter y un dispositivo GPS para saber donde me encontraba yo y a pesar de no haber utilizado nunca antes uno de esos aparatos ciertamente hubiera podido dar con el sujeto en cuestión.
A la media hora de dar vueltas y mas vueltas me dí cuenta que definitivamente no daría jamas con él, así que aprovechando la situación, que el día estaba agradablemente nublado y que la fría brisa me llevaba el ánimo por las nubes me tracé un largo y truculento camino de retorno a casa.

Yo vivo en una población que es relativamente grande pero donde la gente que vive no es ABC1. Aquí vive mucha gente que tiene que trabajar todo el día para ganar apenas el sueldo mínimo, y hay otro montón que no trabaja simplemente y busca a diario que hacer para subsistir.
En el camino de retorno a casa me reproché 100 veces el no haber llevado mi cámara fotográfica, me encontré con un portón que parecía del mil años, con tres niños jugando en unos neumáticos grandes de camión, con un delicioso gato en una ventana.
La brisa fría helandome la cara, con el MP4 enchufado a los oídos y escuchando a "Los Tres" era un más que agradable paseo y yo iba mirándolo todo con absoluto desenfado hasta que la ví a ella.

Debe haber tenido mi edad, o quizás menos, estaba en una casa de esas con paredes delgadísimas y a esa hora del día tenía una pequeña ventana abierta de par en par a pesar de frío que hacía afuera. Estaba cambiandole ropa a un niño pequeño que lloraba pero que yo no alcanzaba a ver.
En el preciso momento en que yo miré hacia adentro ella levantó la cabeza y miró hacia afuera.
La mitad de su rostro mostraba moretones que recién estaban cambiando a violeta oscuro, eso me dió a entender que seguramente la habían golpeado recién el Viernes o ayer Sábado.
Me miró con tristeza y volvió a bajar su rostro hacia lo que estaba haciendo.

Lo que yo ví en su mirada fue dolor, dolor y resignación.
Quizás ella pensa y cree que es "lo que le tocó" y que ni modo, que tiene que aguantarse. Que es el dolor designado para ella y que no le queda otra opción mas que callarse y aguantar.
¿Lo aguantará sola?, ¿le dirá al resto de su familia que la golpean?
Estadísticamente está demostrado que en Chile las mujeres aguantan un promedio de 7 años de maltrato físico antes de hacer algo.
¡7 años!
¿Quién puede aguantar 7 años que lo golpeen antes de decir "NO"?
¿Quién puede sufrir ese dolor y callar?

Sé que hablar desde afuera es muy fácil y barato, otra cosa debe ser el vivir día a día en los zapatos de ella, sin embargo nadie me puede quitar el derecho a decir que : "No es normal, no es aceptable y no está bien el ser agredido por otra persona".
Ella puede callar, porque su dolor la avergüenza; pero yo si puedo levantar el teléfono y llamar al 149, porque siento que vergüenza es ver un dolor así y quedarse callado.

(Imágenes vía Gettyimages)
[C.G]

domingo, 19 de abril de 2009

Fotografías Increíbles

Paseando por el Twitter (recien adquirido) me encontré un enlace que me llevó a la página SOY GIK a un grupo de Fotografías Increíbles.
Hay varias muy lindas, demasiado buenas y me quedé con esta.
A mi me encantan los felinos y a primera vista la encontré muy tierna... pero la miré hacia abajo y la encontré genial.


El conjunto completo lo pueden sacar de www.soygik.com

[C.G]

sábado, 18 de abril de 2009

Acerca de la fuerza y la felicidad...

"Nadie conoce su propia fuerza mientras no se ha encontrado con la necesidad."
Samuel Johnson

¿Se han fijado que de repente uno se va por la vida creyendo que lo que a uno lo hace fuerte son ciertas cosas y personas y resulta que, en algunas ocasiones, uno descubre que no es así?
Es como confiar a ciegas que lo que hace resistente a una banca son los clavos que permiten que las maderas estén firmemente unidas, y uno va y confiadamente se sienta en ella sin siquiera cuestionarse el asunto... pero sucede que el día menos pensado uno descubre que ahí no había clavo en realidad, o que el clavo no tenía resistencia... en ese momento uno se empieza a cuestionar.

Yo he confiado a ojos cerrados en los clavos que han sujetado mi vida, de no haber sido así posiblemente habría caído a girones hace mucho tiempo, y he tenido que pasar verdaderos momentos de necesidad para abrir los ojos y finalmente saber y darme cuenta cuales de ellos son de verdad.
¿Que he aprendido de todo esto?
  1. Que los que son de verdad están siempre, visibles o invisibles pero siempre.
  2. Que le fuerza que uno necesita está dentro de uno mismo, y ellos te lo hacen sentir y entender y vivir.
  3. Que si necesitas contención te contendrán y que cuando ya puedas por ti mismo recién te soltarán.
  4. Que ya entendí en donde no está mi fuerza.
  5. Y que donde no está tu fuerza generalmente tampoco está tu felicidad.
Ahora ya sé que soy mas fuerte de lo que imaginaba y definitivamente ahora si me siento feliz, pero de verdad, de adentro.

(Imagen gentileza del Pato Larrain : @patolarrain)